Intervenir en la vida de las personas conlleva una gran responsabilidad ética. A menudo nos enfrentamos a situaciones donde debemos equilibrar el respeto a la autonomía de los usuarios con la necesidad de proteger su bienestar.
Algunos principios para una intervención ética son:
- Garantizar la confidencialidad y el consentimiento informado.
- Evitar prejuicios y discriminación.
- Promover la participación activa de los usuarios en las decisiones.
- Actuar siempre con transparencia y honestidad.
Un adulto mayor decide no recibir atención médica, aunque su salud está en riesgo. ¿Cómo actúas respetando su autonomía y garantizando su bienestar? Comenta tu respuesta.
Es clave respetar su autonomía, pero también brindar información clara y apoyo para que su decisión sea consciente. No se trata de imponer, sino de acompañar.
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